LOS HOMOSEXUALES A TRAVÉS DE LA HISTORIA.

 LOS HOMOSEXUALES A TRAVÉS DE LA HISMORIA.

(Horrores y premios)
Eunuco se llama a un varón castrado. A lo largo de la historia la castración se realizó para varias funciones. Según la historia, las primeras castraciones intencionales se hicieron en la ciudad sumeria de Lagashdos a finales del siglo nueve antes de Cristo. La privación de los genitales externos masculinos puede efectuarse de manera parcial (castración) o total (emasculación), en esta se extirpan de raíz los órganos masculinos.
En tiempos del Imperio romano, el emperador bizantino León VI en su Nueva Constitución prohibió el matrimonio de eunucos describiéndolos como fieles guardianes del lecho matrimonial en la corte y citaba la palabra eunuco para este tipo de tarea. Este emperador dijo también que para que las mujeres no sintieran placer sexual había que extirparles el clítoris, práctica que adoptaron algunos jerarcas musulmanes.
La palabra eunuco se refería a hombres poco viriles o afeminados y era una forma común de denominar a los homosexuales durante el Imperio romano.
Los expertos religiosos modernos dicen que la Biblia griega utilizaba la palabra eunoukhos refiriéndose a las personas que tenían como trabajo custodiar el harén en el que vivían las mujeres de los poderosos. Esta práctica alcanzó su apogeo en las cortes de los emperadores bizantinos en Constantinopla, de donde lo copiaron los sultanes otomanos.
Los eunucos castrados antes de la pubertad fueron usados en varias culturas por sus voces excepcionales que conservaban una flexibilidad infantil de tono agudo. Estos eunucos eran conocidos como castrati.
Esta historia es bastante oscura y triste.
La época “dorada” de los castrati fue por el siglo XVII gracias al tremendo éxito de la ópera en toda Europa.
Pero la castración con fines artísticos se remonta al año 400 d.C. que se considera como punto de origen de la castración con la idea de cultivar voces blancas delicadas, como las de algunas mujeres, pero con la presencia física de un hombre. Los eunucos eran apreciados por emperadores y emperatrices del antiguo Imperio Romano gracias a sus delicadas voces y
los niños eran operados entre los 8 y los 12 años por un barbero que los drogaba con opio para aminorar el dolor y posteriormente eran ingresados en conservatorios para su formación musical.
Según los registros que se conservan del siglo XVII, en esta época se castraba un promedio de 4.000 niños por año, de los que tan solo unos dos conseguían llegar a la fama y convertirse en auténticas estrellas. La mayoría de estos niños pertenecían a familias de escasos recursos económicos y los vendían.
De entre los castrati más famosos podemos citar a Farinelli, Baldassarre Ferri, Giacomo Casanova o Alessandro Moreschi, L’angelo di Roma, considerado el último castrato (del que se conserva un documento de audio único con esta tesitura de voz).
El fin de esta desafortunada tradición llegó con el Papa Pío X cuando en 1903 prohibió la práctica de la castración por considerarla “una abominable costumbre contra la naturaleza humana”. Con ello, las mujeres se incorporaron a la escena musical por lo que la presencia de los eunucos comenzó a diluirse poco a poco.
Lejos de esta salvaje práctica, los contratenores actuales consiguen la misma tonalidad aguda femenina y delicada gracias a técnicas naturales y a los equipos sonoros modernos.

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