SILFINA REUNE A MI FAMILIA.

Hace varias semanas que me reuní con mis hermanas, sobrinos, nietos y sobrinos-nietos, parte de la descendencia de mis padres, además de algunos parientes políticos. Todo sucedió de una manera tan natural que no pareció haber contado con la intervención de mis hadas amigas. Muy pocos notaron lo extrañamente fácil que se les hizo llegar a la reunión desde puntos tan distantes y dispersos en que reside la mayoría. No notaron que quienes no creen en hadas y sílfides, aunque intentaron hacerlo, no pudieron llegar por uno y otro raro motivo. Tampoco notaron varias otras ¨casualidades¨que sucedieron. Así son las hadas, actúan disimulando lo que hacen para que los humanos ignoremos que ellas andar por allí y así, todo lo raro que nos sucede en la vida, lo achacamos a algo casual; además, esos delicados entes son muy susceptibles, hay que cultivar la amistad de los buenos y mantenerse a distancia de los entes malignos, como algunos duendes y salamandras. Silfo y sus amigos hace ratos que no se están portando bien. 
Desde antes de ese viaje todo se vino desarrollando de una forma que pareció normal, las hadas aprovecharon la celebración de la boda de una de mis sobrinas-nietas y el bautizo de la primera bebecita de otra para propiciar la reunión. Mis hermanas, primos y parientes tenemos decenas de familiares en grados lejanos de consanguinidad y son tantas, que salvo algunas excepciones, no acostumbramos viajar tan lejos para ir a sus frecuentes fiestas.  
El lugar sugerido por las ondas mentales de las hadas y que captaron los padres de la novia, fue una joya de  la industria hotelera, The Ritz-Carlton de Key Biscayne. Nuestras suites tienen balcones con vista y acceso fácil a la playa y el hotel reúne las condiciones para celebrar todos los eventos sin salir de sus instalaciones. 
El programa incluía, entre otros eventos, cena de gala para la recepción de los invitados con bar abierto, brunch especial al día siguiente, bocadillos y cocteles por la tarde alrededor de las piscinas, a orillas de la playa o en los jardines; baile de gala la noche de la boda y otro la noche siguiente para despedir a los novios, todo con cantina abierta y exquisitos bocadillos. Se nos obsequiaron botellas de champagne y otros recuerdos de muy buen gusto con los nombres de los novios gravados. 
Mas ¨casualidades¨: el hotel estaba tomando precauciones por un fuerte huracán anunciado por el servicio meteorológico y a última hora este se convirtió en una refrescante lluvia. La playa, usualmente llena de gruesas y molestas algas marinas, estaba limpia y con oleaje suave para relajarse. Me llamó la atención que el hotel, usualmente atestado de turistas en estas temporadas, ahora estaba tan tranquilo que parecía estar ocupado solo por nuestra familia. Para salir de dudas pregunté la causa al jefe de limpieza. Me dijo que varias alas del hotel estaban vacías pero pagadas por dignatarios provenientes de Arabia Saudita y de los Emiratos Árabes Unidos. Ya estaban llegando algunas damas orientales con sus lindos trajes. 
Los padres de la novia dieron instrucciones de no obsequiar dinero ni regalos a los recién casados por consideración a los gastos en que habíamos ya incurrido.
La sorpresa mayúscula la llevamos desde el principio y no podíamos creerla. Al momento de registrarnos y pagar por cuatro días de estadía, el gerente nos informó que mas de la mitad de todos nuestros posibles gastos, mas un depósito adicional, habían sido ya ¨arreglados¨por alguien que no quiso revelar su nombre. Eso es mucho dinero, éramos como doscientas personas. 
Como ninguno de nosotros es amigo de Jeff Bezos, Elon Musk, Bill Gates, Mark Zuckerberg o Warren Buffett, esta pregunta aun flota en el aire:¿Quien pagó la mayor parte de todos los gastos?